Por tercer año consecutivo se ha celebrado en Barcelona la feria Mini Maker Faire, dedicada a los “makers” o creadores de objetos autodidactas. Se trata de un colectivo que no para de crecer y la prueba es que este año han tenido que elegir una localización más grande: el CosmoCaixa. De 30 expositores han pasado a 100. Muchas de las propuestas son altruistas y ofrecen soluciones alternativas tecnológicas de bajo coste.

El Instituto de Robótica para la Dependencia acercó a los visitantes a la vertiente más social de la robótica. NAO ha mostrado cómo interactúa con las personas dependientes: reconoce las caras, las voces y permite a las personas con discapacidad de la Fundación, mejorar a partir de ejercicios lúdicos, musicoterapia o ejercicio físico. En la Mini Maker Faire, NAO nos animará a seguirle en una clase de gimnasia, a jugar al Bingo Musical o a tomarnos una foto con él en el Photocall.

La feria está organizada por Fab Lab Barcelona, ​​Made BCN y el CosmoCaixa, pero se inspira en la que se hace en la costa oeste de Estados Unidos desde 2006 y que a día de hoy atrae a más de 200.000 participantes.

Los “makers” se caracterizan por hacer uso de las herramientas de la industria del software, tales como las impresoras 3D, para construir objetos. Se basan en el concepto DIY (“Do It Yourself”, hazlo tú mismo), promueven la labor en equipo y comparten los ses conocimientos en beneficio de la comunidad.

Un ejemplo es la incubadora de madera que ha diseñado el ingeniero Alejandro Escario, de la que ha creado unas instrucciones para que quien quiera pueda reproducirla en poco tiempo. “Hemos tomado las características principales de una incubadora convencional y hemos hecho un rediseño que permite utilizar tecnología más barata accesible a todo el mundo “, explica Escario.

U otro ejemplo: las prótesis de bajo costo que fabrica Lana Awards con una impresora 3D. Son hechas a medida y el material para fabricarlas cuesta sólo unos 30 euros.

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